LA REALIDAD HISTÓRICA DE NAVARRA FRENTE AL MITO DE EUSKAL HERRÍA (II)
Sancho III el Mayor, Rex Hispaniorum
El reino de Navarra se fue asentando hasta alcanzar su máximo esplendor con Sancho III el Mayor (1004-1035). Por lo que se refiere al territorio vascongado, limitaba al este con Navarra y al oeste con la marca oriental del reino de Asturias. Las tres provincias no fueron jamás independientes, y su destino estuvo unido alternativamente entre Castilla y Navarra, hasta que a finales del XII se unieron definitivamente a Castilla. En 1029 Álava y Castilla, entonces unidas, se unieron a Navarra, como lo hicieron, de forma independiente, Guipúzcoa y Vizcaya. Pese a que Álava era entonces inseparable de Castilla y a que los otros dos condados vascos fueron incorporados independientemente por Sancho III, y a que el reino también se extendió a León, la confluencia histórica de éstos en Navarra ha hecho que los nacionalistas tomen a Sancho III el Mayor como una especie de proto-lehendakari. Su intención era, en realidad, recuperar Hispania bajo su dominio, y de hecho se hizo enterrar con el título Rex Hispaniorum.
Cuenta Sánchez Albornoz que "Castilla se separó de Navarra en 1035 y fue despaciosamente recuperando sus fronteras primitivas En 1076, a la muerte de Sancho el de Peñalén, Vizcaya volvió al redil castellano. Con la primitiva Castilla fue unida otra vez a Navarra por Alfonso I el Batallador, rey también de Aragón (1109), pero desde la muerte de este rey (1134) formó siempre parte de la Corona de Castilla". ¿Qué fue de las otras dos provincias? "A fines del XII se incorporaron también a Castilla Alava y Guipúzcoa, la última voluntariamente. Y desde entonces el País Vasco, del cual sólo dos porciones habían vivido menos de dos siglos unidas a Navarra, vivió hasta hoy la historia de Castilla. Y con Castilla la historia de España".
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